"Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género", es el slogan que propone la ONU para trabajar durante el 2023.

Las Naciones Unidas reconoce, homenajea y valora a las mujeres, y en esta oportunidad hace hincapié en el avance de la tecnología transformadora y el acceso a la educación digital. De este modo, pone de relieve la importancia de proteger los derechos de las mujeres, facilitada por las nuevas tecnologías de la comunicación en pos de soluciones más creativas.

Algunas observaciones se encuentran en estudios realizados para identificar los factores culturales presentes en las acciones de la mujer en lo que se refiere al cuidado familiar con afecciones físicas y o mentales. Los hallazgos mostraron que, frente a una enfermedad familiar, la mujer suele responsabilizarse de su tratamiento empleando prácticas domésticas, místicas o buscando atención médica rápida y eficaz.

Hoy, la tecnología es un recurso importante para proteger a las familias, a los derechos de las mujeres y niñas en los espacios digitales y de abordaje de la violencia de género en línea y facilitar las nuevas tecnologías de la comunicación.

Según un estudio realizado en la Universidad Cultural del Cuidado, la mujer es la responsable de la salud de la familia.

El modo de pensar y las acciones sobre salud-enfermedad realizadas por miembros de una población están directamente influenciados por su contexto socio-cultural. El abordaje sobre salud-enfermedad es propio de cada cultura y de la visión del mundo de sus miembros. En este contexto, la cultura del cuidado es inherente a la cultura humana con diversas formas, patrones, expresiones y estructuras de cuidado para conocer, explicar y predecir el bienestar, la salud o el estado de enfermedad.

Desde esta perspectiva, se realizaron investigaciones cualitativas, con el objetivo de identificar factores culturales universales presentes en las acciones de la mujer al cuidar la salud de la familia. Algunas categorías: predisposición al cuidado familiar, identificación de la persona enferma, buscando los recursos disponibles para la salud en la comunidad en la que vive, identificando los cambios de comportamiento, procurando la consulta médica, buscando ayuda en las prácticas alternativas, encontrando en la religión la fuerza para enfrentar la enfermedad.

La mujer suele pasar por emociones y vivencias influenciadas por la propia cultura. Por ello sus acciones estarían constituidas por prácticas, creencias, costumbres, hábitos transmitidos y adquiridos de generación en generación.

En tal sentido, esto constituye una alerta para los profesionales de la salud y para los medios de comunicación en el marco de la protección de las familias en los espacios digitales.