Dejar de fumar en cualquier etapa de la vida, es una de las mejores decisiones que podemos tomar para mejorar la salud y la calidad de vida.

            Cuando uno deja de fumar, siempre se mejora, no hay posibilidad de empeorar. El motivo es simple: cada cigarrillo contiene unos 4 mil tóxicos, de los cuales 60 son agentes cancerígenos, y el componente que genera la adicción es la nicotina.

            A los veinte minutos de dejar de fumar, disminuye la presión arterial y la frecuencia cardíaca y se normaliza la temperatura de pies y manos. Al día siguiente, desaparece la nicotina que circulaba en la sangre y los valores de monóxido de carbono vuelven a la normalidad.

            Aslanián L, especialista en Clínica Médica y Cardiología e integrante de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT) refiere que a los pocos días de dejar de fumar, baja drásticamente el riesgo de infarto.

            También se conoce que dejar de fumar mejora la circulación, evita la aparición prematura de arrugas, disminuye la frecuencia de lesiones malignas, mejora la función respiratoria, los dientes y la boca también se benefician, las cuerdas vocales se desinflaman y mejora la calidad de la voz.

            Vale la pena intentarlo. ¡Te esperamos!