¿Qué es la epilepsia?

La crisis epiléptica o la convulsión es la suspensión transitoria del correcto funcionamiento del sistema eléctrico del cerebro por un periodo breve de tiempo (descarga de actividad eléctrica neuronal descontrolada). Si una persona repite dos o más crisis debido a una alteración intrínseca del cerebro se considera epilepsia.

¿Por qué se produce?

La epilepsia no tiene una causa identificable en casi la mitad de las personas que la padecen. En la otra mitad de los casos, la enfermedad puede producirse a causa de diversos factores: anomalías congénitas, accidente cerebrovascular, cavernomas, tumores, enfermedades neurodegenerativas, malformaciones, infecciones del sistema nervioso, causa no determinada (genéticamente determinadas) o sospecha de causa estructural no demostrable por estudios de imágenes en caso de crisis focales (epilepsia probablemente sintomática).

¿Cómo se presentan los síntomas?

En general las crisis aparecen de forma súbita e inesperada, son breves, duran unos segundos o como mucho unos minutos. Las más llamativas son las convulsiones donde la persona pierde la conciencia, se pone rígida y comienza a sacudirse. Hay otro tipo de crisis que se reducen a una desconexión momentánea con el entorno que persiste por unos segundos, llamadas ausencias.

En las crisis focales la persona actúa como si estuviera despierta a medias o confusa, pueden tener movimientos automáticos, otro pueden tener solo movimientos bruscos como sacudidas localizados en un brazo o en una pierna, o bien pueden sentir por segundos un gusto diferente, o percibir un sonido inexistente, o ver las cosas con colores o formas diferentes, o deja vu, etc.

El diagnóstico certero es fundamental

Primero se debe investigar los antecedentes familiares de epilepsia, antecedentes personales (historia de sufrimiento fetal o trastornos en el parto, antecedentes de traumatismos de cráneo, meningitis o encefalitis, crisis febriles en la infancia, etc.), tipo de crisis, contexto de presentación, presencia de algún aura, modificaciones observadas en el comportamiento por testigos, eventual factor desencadenante, crisis única o varias separadas en el tiempo.

Luego se realizan estudios complementarios como electroencefalograma (EEG): mide la actividad eléctrica cerebral para identificar las descargas eléctricas anormales que precipitaron la crisis, resonancia magnética (según los casos) para descartar cualquier lesión intracerebral y otros estudios que se realizan en ocasiones puntuales: Video-Electroencefalograma, el SPECT Cerebral, el PET y la evaluación cognitiva y psiquiátrica.

¿Cuál es su tratamiento?

La mayoría de los pacientes responden positivamente al tratamiento con medicamentos. Alrededor de un 20 a un 30% de los pacientes no controlan sus crisis con la medicación por lo que se evalúa otra alternativa de tratamiento, por ejemplo, cirugía, estimulación cerebral o dieta cetogénica.

Cómo ayudar a una persona que presenta una crisis epiléptica convulsiva

• Actuá con calma.
• Protegé a la persona para que no se golpee la cabeza.
• Retirá los muebles u objetos de su alrededor.
• Mantené el cuello libre de prendas u objetivos que puedan oprimir la zona.
• Poné a la persona de costado.
• Colocá una almohada o ropa debajo de la cabeza.
• Esperá a que pase la crisis (siempre ocurre en menos de cinco minutos)
• No pongas nada en su boca para evitar que se muerda la lengua.
• Luego de la crisis debés llamar al servicio de emergencia.