El 8 de marzo tiene historia, tiene emociones intensas, tiene aprendizaje, es un momento que nos permite reflexionar sobre las mujeres, en especial aquellas significativas que dejaron una huella muy marcada en nuestras vidas, mujeres que muchas veces han trabajado sin descanso, que se animaron a sembrar con optimismo, que han construído puentes de esperanza.

Este día internacional de la mujer también nos invita a reflexionar sobre aprender a SOLTAR lo que nos hace daño y ABRAZAR los sueños, desatar ataduras y dejar fluir, incluso soltar la ilusión del control absoluto.

Vivimos inmersos dentro de una cultura desde la cual casi sin darnos cuenta "controlamos". Lo hacemos como una forma de sostener nuestras certezas, de pretender que las cosas sean y pasen como nosotros queremos.

Es entonces cuando entramos en círculos viciosos que nos atrapan y no nos permiten disfrutar y vivir más livianamente.

El control tiene características particulares y a veces, aquello que queremos controlar nos termina controlando a nosotros. De alguna manera dejamos de SER nosotros para SER en función de eso que queremos controlar.

Cuando nos permitimos "soltar" eso que tanto queremos, comenzamos a ser nosotros y a disfrutar de nuestra libertad.

Sin duda, esta forma de "vivir" determina diferentes estados de ánimo que nos abrirán o nos cerraran  posibilidades aprender a desarrollar nuestra emocionalidad. Descubrir la relación con nuestra corporalidad y el lenguaje, intervenir en nuestros estados anímicos tiene relación con observar nuestro cuerpo y nuestras conversaciones con uno mismo.

No somos responsables de nuestros estados de ánimo  pero si de permanecer o no en ellos