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La osteoporosis también es un problema de la mujer joven. Sobre todo durante el embarazo y la lactancia.

11/OCT/2011 / 7 de octubre de 2011 - PRO-SALUD News

Relacionada con la fragilidad ósea producida por la descalcificación, esta patología se asocia habitualmente con la postmenopausia, pero los especialistas enfatizan que hay que ocuparse del tema desde la adolescencia. El consumo de lácteos, la actividad física y la vitamina D son las claves para prevenirla. 

Buenos Aires - Por lo general, las mujeres creen que deben empezar a preocuparse por la osteoporosis luego de los 50 años. Sin embargo, se sabe que esta enfermedad caracterizada por la pérdida del calcio presente en los huesos, situación que genera el terreno propicio para las fracturas, afecta a 1 de cada 3 mujeres en algún momento de su vida. 

Esto quiere decir que la descalcificación puede comenzar en la vida adulta, pero también durante la adolescencia o la primera adultez. De hecho, cada vez es mayor el número de mujeres que por no haber cumplido con ciertos hábitos durante la primera infancia, la niñez y la adolescencia, al llegarles la maternidad presentan deficiencia de calcio y pese a estar preparándose para recibir al bebé, sufren fracturas por no alimentarse adecuadamente y no contar con reservas. 

Por eso, en el marco del Mes de la Osteoporosis, los especialistas destacan la necesidad de cumplir con tres hábitos fundamentales desde la primera infancia: la ingesta de calcio, la práctica de ejercicio y la absorción de vitamina D, presente en la radiación solar.

"Lo primero que debemos decir es que no es lo mismo que una mujer se fracture o no. Por más que se piense 'me fracturo la cadera y me pongo una prótesis', lo cierto es que después de una fractura la calidad de vida se modifica por completo. Por eso es importante cumplir con ciertos hábitos desde la infancia -para poder incorporarlos más naturalmente- pero además hay que estar muy atento a lo que pasa en la familia, porque no es el mismo el riesgo que tiene una mujer cuya madre o abuela tuvo osteoporosis, que una que no", refirió el doctor José Zanchetta, director científico de la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) para América Latina durante una presentación para la prensa. 

"No obstante, inclusive una mujer que tiene cierto riesgo si consulta, se informa y se trata, puede frenar la degeneración ósea cumpliendo con las medidas mencionadas anteriormente que tienen que ver con la prevención", agregó el doctor. 

Un caso paradigmático es el de la actriz Selva Alemán, que como consecuencia de una menopausia precoz -dejó de menstruar entre los 35 y 37 años- sufrió la degeneración repentina de su densidad y volumen óseo, situación que sin tratamiento hubiera generado que hoy, a sus 60 y algo, su esqueleto tuviera 15 años más que ella. 

"Cuando tuve la menopausia precoz, con mi ginecólogo comenzamos a relacionar esta situación con otras. Él me sugirió que me realizara una densitometría -estudio que sirve para evaluar la densidad de los huesos, y por ende su 'fuerza'- cuyos resultados no fueron alentadores: nos encontramos con que yo tenía una serie de factores de riesgo. Entonces empezamos con el tratamiento hormonal, que en ese momento era lo único disponible, hasta que con el tiempo me decidí a consultar a un especialista. Ahí comenzó el gran cambio, porque empecé a incorporar nociones de prevención como las relacionadas con la alimentación y el ejercicio, así como también conocimientos sobre los estudios con los que debo cumplir una vez por año o año y medio. Por eso creo que si uno acepta la enfermedad, hace todo como corresponde y se trata en lugares adecuados, se puede salir adelante bien y entero. En mi caso nunca tuve una fractura y sólo perdí 1, 5 cm de estatura; pero más que nada pude revertir la angustiosa situación de siendo una persona de treinta y pico tener un riesgo de fractura de una de ochenta", relató Alemán. 

Las claves para la incorporación de calcio

Además de la práctica de ejercicio -que debe estar indicada y regulada por el médico tratante- y de la absorción de vitamina D, que puede realizarse mediante la exposición solar controlada o bien a través de suplementos, lo fundamental para prevenir el desarrollo de la osteoporosis o bien su progresión y por ende el riesgo de fracturas, es consumir calcio desde la infancia y la adolescencia, y muy especialmente durante el embarazo. 

La licenciada Silvia Seccia, nutricionista del Instituto De Investigaciones Metabólicas (IDIM), comentó: "Por lo general, el 60 ó 70 por ciento del requerimiento diario de calcio se cubre con lácteos, que son los que poseen mayor cantidad y biodisponibilidad, y el resto con otros alimentos. En el caso de las personas intolerantes a la lactosa el sésamo pulido y molido es una opción viable, mientras que los frutos secos o los vegetales si bien poseen calcio, no ofrecen una buena biodisponibilidad, porque la fibra que tienen interfiere en la absorción de este nutriente a nivel intestinal". 

Así, el requerimiento diario promedio que alcanza los 1.000 mg dependiendo de la etapa biológica, podría cubrirse con 2 vasos de leche y 1 yogur enriquecido con calcio ó 2 yogures enriquecidos con calcio y 200 g de mozzarella, ó bien 1 yogur más 1 una porción de 40 g de queso cheddar y 1 vaso de leche. 

"No obstante, hay momentos de la vida en los cuales es necesario ingerir más de 1.000 mg. Por ejemplo, durante la adolescencia la ingesta diaria debería llegar a los 1.300 mg, igual que en el embarazo. Por su parte, después de los 51 años, ésta debería rondar los 1.200 mg", añadió Seccia. 

"El calcio en el embarazo es muy importante porque el bebé cuando está en la panza de la mamá tiene todos sus huesos, pero no los tiene calcificados. Entonces es fundamental que la mamá esté bien alimentada, sobre todo si piensa dar de mamar, y que a su vez cuando el niño nace se ocupe desde los primeros días de vida de calcificarlo", completó Zanchetta. 

Justamente fue después de su embarazo de mellizas, hace ya algo más de dos años cuando Virginia Roque, una paciente con osteoporosis que ronda los 35 años, se dio cuenta de que algo andaba mal. Su cansancio era crónico, al igual que el agotamiento y las ganas de dormir. 

"Mi primer diagnóstico fue el de enfermedad celíaca. Pero, a partir de eso estudiaron mis huesos y se dieron cuenta de que tenía mucha osteoporosis. Fue en ese momento cuando empecé a tratarme con dieta y con medicamentos porque estaba demasiado flaca. Al cabo de un mes había engordado seis kilos que para mí era buenísimo porque cuando empecé estaba en 45. La verdad es que la modificación de los hábitos me cambió la vida. No lo vivo como una restricción o una enfermedad. Considero, por el contrario, que yo tengo que llevar adelante una alimentación diferente -en la cual predomina el calcio- que es la que me permite tener nuevamente mis uñas sanas, el pelo saludable y fundamentalmente sentirme mejor", consignó la paciente de la doctora María Belén Zanchetta, médica especialista en endocrinología y osteología Universidad del Salvador y UBA y médica de Planta de la División Endocrinología del Hospital de Clínicas José de San Martín, quien remarcó que "con el aporte adecuado de calcio y la absorción de vitamina D, el hueso puede regenerarse". 

Datos sobre la osteoporosis:

-En el año 2000, se produjeron globalmente unas 9 millones de nuevas fracturas, de las cuales 1,6 millones fueron de cadera; 1,7 millones, de antebrazo, y 1,4 millones, de vértebra.

-Se estima que en el mundo tendrá 1 fractura por osteoporosis 1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años, y 1 de cada 5 hombres. 

-En América Latina, diferentes estudios muestran que, a semejanza del resto del mundo, una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis. En el hombre, la pérdida ósea es mucho más lenta.

-La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no da síntomas hasta que se produce la primera fractura.

-Los sitios más frecuentemente afectados son la columna, la cadera y las muñecas.



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