Si se hace un simple ejercicio de memoria y se recuerdan algunos eventos sociales, por ejemplo,cenas entre amigos o salidas a comer con la familia o la pareja, ¿dónde queda el celular?

El impacto del smartphone en la vida actual.

Los teléfonos inteligentes (smartphones) son una gran herramienta para comunicarnos y, además, van adquiriendo más funciones que comienzan a sustituir a otros objetos como el mp3, el despertador, las cámaras de fotos, las agendas, el calendario, la TV, entre tantos otros, pero el análisis que hay que hacer coincide con la frase del psicólogo Arturo Clairá: “Uno de los principales beneficios de las TIC es que nos acerca a quienes están lejos, pero uno de sus peligros es que nos aleja de quienes tenemos más cerca”.

Por ello, es importante comenzar a identificar algunas señales sobre el uso que se hace del celular. Pensar si existe la necesidad, en una reunión, de revisar las redes sociales, subir fotos, si se mira constantemente el celular, si se postergan las conversaciones cara a cara para contestar mensajes de WhatsApp (muchas veces irrelevantes), o si incluso al acostarse también se está con el celular. Estas señales pueden indicar una conexión con la red y una desconexión con la realidad, lo que impide compartir el momento con las personas que están alrededor por priorizar el uso de los dispositivos tecnológicos.

El término de uso reciente es el denominado ningufoneo o phubbing, producto de la unión de las palabras inglesas phone (teléfono) ysnubbing (despreciar).Tal como lo explica Treviño, consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña prestándole más atención a un aparato electrónico que a la persona.Turkle utiliza el concepto “alone together” (solos juntos) para caracterizar la capacidad que tenemos de estar juntos pero desconectados.Una investigación realizada en el Reino Unido en 2011 observó que el uso de estos dispositivos puede fortalecer o debilitar la profundidad en los vínculos según el uso que se le dé a la herramienta: El 51 % de los adultos y el 65 % de los adolescentes alguna vez usaron su teléfono móvil mientras socializaban con otros. El 22 % de los adultos y el 47 % de los adolescentes afirmaban que lo utilizaban en el baño. Entre el 23 y el 34 % de los adultos y los adolescentes utilizaron su smartphone durante una comida con los demás.

¿Cómo saber si hacemos ningufoneo?
» Mirás el celular cada 5 minutos como mínimo.
» Hablás más con tu familia y amigos por mensaje que cara a cara (válido solo si vivís cerca de ellos).
» Lo primero que hacés al levantarte y al acostarte es consultar el celular.
» Has llegado a asistir a algún evento solo para poder inmortalizarlo en Instagram.
» Te sentís incómodo cuando no hay acceso a Internet.
» Te preocupa quedarte sin batería.
» Cuando dejás de revisar tu celular por unos minutos, sentís ansiedad.
» Cuando tenés unos minutos libres, vas directo a tu dispositivo favorito.
» Cuando no tenés tu teléfono, te preocupa que alguien haya tratado de comunicarse con vos.

Derribando las barreras virtuales

Es importante reflexionar sobre cómo estamos utilizando el celular, y si necesitamos cambiar el uso que le damos. Podemos buscar algunas alternativas para fortalecer nuestros vínculos reales, y para ello compartimos algunos ejemplos:
> APAGAR EL TELÉFONO ANTES DE IR A DORMIR
Volver al despertador analógico puede ser un cambio importante en tu calidad de vida. Si no podés apagar el teléfono, intentá al menos alejarlo, así solo está disponible para recibir llamadas.
> ESTABLECER REGLAS
El celular queda prohibido en la mesa, en una salida en familia o con la pareja y en el cine desconectamos Internet o lo apagamos. A partir de cierta hora de la noche, ya no se revisa el WhatsApp.
> QUITAR LAS NOTIFICACIONES
Silenciá todos los grupos y quitá la opción de recibir notificaciones de todas las apps. El teléfono solo sonará para cosas importantes y, de este modo, vos decidís cuándo mirar el teléfono.

Las TIC conectan pero impiden la comunicación y, como consecuencia de esto, se pierde la percepción del mundo real, de las experiencias verdaderas, de los vínculos cercanos, del mirarse cara a cara.

Por todo esto, surge la propuesta de volver a contemplar el aquí y el ahora, fortalecer los sentidos desde lo sencillo y lo simple, como el mirarse a los ojos cuando se conversa o priorizar el contacto cara a cara en lugar de estar a la espera de cuántos “me gusta” tiene la publicación en las redes sociales.La idea es ESTAR PRESENTES con todo lo que esto significa.

Una frase muy conocida del clásico libro El Principito es, sin dudas, una invitación a nutrir las relaciones con tiempo de calidad, sin murallas tecnológicas:“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”.