Este año, DAMSU adhiere al lema sugerido por la Sociedad Argentina de la Voz “Toda la vida con voz”,  haciendo especial énfasis en el cuidado de la Voz Laboral. Las alteraciones en la voz generan un sinnúmero de prejuicios personales, sociales y laborales, especialmente en la comunicación interpersonal. Por ello, la propuesta es informar para detectar precozmente patologías de la voz y cuidarla a través de distintas herramientas terapéuticas y educativas para tener voz toda la vida. 

¿LA VOZ TE IMPIDE TU VIDA LABORAL?

Para la mayoría de nosotros la voz juega un papel importante sobre quiénes somos, lo que hacemos o cómo nos comunicamos.

Muchos de nuestros hábitos cotidianos pueden dañar nuestras cuerdas vocales como hablar demasiado, gritar, fumar o ingerir irritantes laríngeos en exceso como comidas muy condimentadas, café, mate, alcohol. Todo ello, además, puede producir reflujo, ronquera, hiatus, nódulos o pólipos en las cuerdas vocales.

El abuso de la voz, las enfermedades respiratorias a repetición, enfermedades de vías aéreas inferiores y superiores, el reflujo gastroesofágico, los trastornos hormonales, el estrés laboral, social o familiar también predispone a la patología de la voz.

Algunas señales de que la voz no es saludable, pueden ser: voz ronca, garganta irritada, dolor, cansancio, esfuerzo al hablar.

El tratamiento de los trastornos de la voz varían dependiendo de la causa, pero la mayoría de ellos pueden ser tratados con éxito si se diagnostican a tiempo.

Pautas preventivas a tener en cuenta:

• Cuidarse de los cambios bruscos de temperatura.
• No competir con el ruido ambiente.
• Prestar atención a síntomas de fatiga vocal y realizar consulta con el otorrinolaringólogo
• No ingerir irritantes laríngeos (bebidas heladas y gasificadas, alcohol, condimentos).
• Evitar el cigarrillo y ser fumador pasivo.
• Sostener una dieta adecuada e hidratación constante.
• Priorizar tiempos de descanso
• Evitar el carraspeo y la voz cuchicheada.
• Respetar el reposo vocal en caso indicado.
• Realizar actividad física.
• Tener una buena postura para no forzar los músculos del cuello o laringe.
• Mantener un equilibrio afectivo y emocional.