Evolución física y psicológica. Crecer en familia
09/SEP/2013 /
Ser padres y madres es una actividad que conlleva una enorme
responsabilidad que, además, viene con una dificultad añadida: nadie nos
enseñó cómo debemos hacerlo. En ese sentido, la tarea de educar a
nuestros hijos e hijas supone un proceso de aprendizaje lleno de
momentos gratificantes pero también de dudas, confusión y, de vez en
cuando, un poco de estrés.
Todos nos proponemos ser los mejores padres y madres posibles. Podríamos preguntarnos entonces: ¿Quiénes pueden ser considerados unos buenos padres y madres? En principio, podemos decir que son aquellos que con sus decisiones cotidianas ayudan a sus hijos a desarrollarse de forma autónoma y plena. Y esto supone:
- Ofrecerles atención, dando respuesta a su necesidad de amor, calidez y seguridad.
- Establecer rutinas y darles orientación, porque esas rutinas predecibles y el establecimiento de los límites necesarios les aportan seguridad.
- Reconocerlos, escuchándolos y valorando cada pequeño paso que van dando en su evolución.
- Potenciar su sentimiento de competencia, porque eso favorece la autoestima, el control y la autonomía personal.
- Educarlos sin violencia, excluyendo cualquier forma de castigo físico o psicológico.
Ante todo, es fundamental conocer a nuestros hijos e hijas,
entender por qué hacen lo que hacen en el momento evolutivo en que se
encuentran, y saber de qué forma podemos ayudarles a desarrollar sus
capacidades y habilidades en cada momento de la vida. En este apartado
hacemos una descripción detallada de la evolución física y psicológica
de los niños y niñas en las distintas etapas que van atravesando en sus
tres primeros años de vida, un momento muy importante en el desarrollo
de su cuerpo y de su personalidad.
Los niños y las niñas se desarrollan mejor cuando sus padres y madres:
- Son cariñosos y les brindan apoyo.
- Pasan con ellos tiempo de calidad; es decir, están con ellos interactuando, jugando, compartiendo sus ilusiones sus fantasías…
- Tratan de comprender sus experiencias y comportamientos.
- Establecen límites y les explican las reglas que deben respetar.
- Estimulan conductas positivas y elogian sus comportamientos.
- Ante un mal comportamiento reaccionan con una explicación y, si es necesario, un castigo no violento, como imponerles “un tiempo de reflexión”.