Buenos Aires - En el marco de la Semana Nacional de la Esclerósis Múltiple que comenzó el 25 de mayo con la conmemoración del Día Mundial de la enfermedad, y que culmina el viernes 27, las dos asociaciones emblemas de esta patología en nuestro país: Esclerosis Múltiple Argentina (EMA) y Asociación de Lucha contra la Esclerosis Múltiple (ALCEM), organizaron una serie de actividades cuyo objetivo fue difundir los principales puntos sobre el desarrollo de esta enfermedad neurológica crónica y autoinmune, que debe tratarse y controlarse para evitar las recaídas y el daño neurológico progresivo.

Los encuentros y actividades también cumplieron con el objetivo de poner a la comunidad en contacto con los médicos para que ellos explicaran y expusieran las principales preocupaciones que genera a diario el abordaje de los pacientes.

Uno de los principales inconvenientes tiene que ver con la falta de adherencia a los tratamientos, algo que no sólo ocurre en nuestro país sino también en todo el mundo. 

Es por eso que los especialistas proponen diseñar estrategias más actuales y adaptadas a la realidad que incluyen la elaboración de interrogatorios más exhaustivos, pero también el desarrollo de herramientas terapéuticas más "amigables". 

"Investigaciones realizadas en distintas partes del mundo dan cuenta de una adherencia de aproximadamente 50 por ciento o menos", refirió la doctora Liliana Patrucco, co-directora del Centro de Esclerosis Múltiple del servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA). 

Las mismas investigaciones mostraron que esta realidad tiene un alto impacto sobre el desarrollo de la EM, ya que el no mantener constancia respecto a la medicación facilita el incremento de las recaídas, así como también favorece el desarrollo de una mayor actividad inflamatoria, indicador visible en las resonancias 
magnéticas. 

"Las razones que justifican la falta de adherencia son muchas, y van desde el olvido o el cansancio hasta el desarrollo de efectos adversos. De hecho, muchos pacientes argumentan que como no tienen recaídas y se sienten bien, no necesitan la medicación. Lo que ocurre es que al discontinuar la ingesta, puede alterarse su calidad de vida", enfatizó la especialista.

Como consecuencia de esta realidad, en diversos centros de atención médica -entre los que se encuentra el HIBA- los especialistas comenzaron a trabajar de manera intensiva para mejorar la adherencia. 

"Lo que hacemos es darle más importancia al interrogatorio, que siempre está dirigido a comprender las causas que motivan la inadecuada adherencia, para a partir de eso comenzar a trabajar en los problemas y complicaciones con mayor información", detalló Patrucco. 

Nuevo dispositivo
Si bien el trabajo de los profesionales médicos es muy bueno y voluntarioso, a menudo cuando el paciente llega a su casa, vuelve a encontrarse con las mismas dificultades que lo llevaron a abandonar el tratamiento en primera instancia. 

Por eso, recientemente se presentó en nuestro país un nuevo dispositivo electrónico que permite inyectarse interferón beta-1a subcutáneo tres veces por semana con mayor comodidad, dado que este dispositivo posee un sencillo mecanismo de uso. 

Un dato importante para quienes tienen fobia es que la aguja está siempre oculta. Por otro lado, un solo cartucho posibilita la aplicación de múltiples dosis y facilita la preparación de la inyección, que se aplica apretando un botón. 

Finalmente, cabe destacar que el aplicador guarda un historial de las inyecciones para uso del médico, lo que permite constatar cuántas dosis se administraron en forma correcta, cuántas se perdieron, cuántas fueron incompletas, y de esta manera monitorear con mayor certeza la adherencia del paciente al tratamiento. 

"El aplicador es sencillo de utilizar y según estudios internacionales la gran mayoría de los pacientes reconocieron que su utilización es muy conveniente, facilitando el proceso de inyectarse y generando menos dolor en el sitio de inyección", concluyó la doctora Liliana Patrucco. 

Algo más sobre la EM
La Esclerosis Múltiple es enfermedad crónica del sistema nervioso central en la cual las células inmunológicas del organismo destruyen la mielina, una sustancia que recubre a las fibras nerviosas, que en ausencia de mielina comienzan a perder la habilidad de conducir adecuadamente los impulsos eléctricos. Consecuentemente, se producen cicatrices o lesiones (placas) en la médula espinal y el cerebro.

Se trata de la enfermedad neurológica más discapacitante padecida por adultos jóvenes y afecta al doble de mujeres que hombres.

En el mundo, hay aproximadamente dos millones y medio de personas afectadas; mientras que en la Argentina son entre siete y ocho mil las personas que padecen EM. 

Los síntomas más comunes son: fatiga, pérdida de fuerza muscular en brazos y piernas, debilidad o parálisis de los miembros (lo que produce dificultades al caminar y en las habilidades motoras); alteración del equilibrio y de la sensibilidad; problemas en la atención y memoria; problemas en la visión y en la función vesical e intestinal; entre otros. 

fuente: Prosalud